En origen, esta fuente monumental fue proyectada en 1832 por el arquitecto municipal Francisco Javier de Mariátegui para la plaza de la Red de San Luis, con motivo de la jura de la entonces Princesa de Asturias, futura Isabel II. En 1879, la fuente fue trasladada desde su ubicación primitiva a la glorieta de Nicaragua del parque del Retiro, donde se conserva en la actualidad. Se trata de un gran grupo escultórico, situado centralmente sobre un pilón circular, mediante pedestal en grada con tres escalones rústicamente tratados y coronado por una taza de la misma geometría. El cuerpo intermedio lo constituyen cuatro amorcillos sentados y sujetos a sendos delfines con caños, los cuales rodean un pilar a modo de palmera que sustenta la taza superior, en cuyo centro se dispone un caracol que podría considerarse el principal surtidor. Otros cuatro caños más surgen de las bocas de dos galápagos y dos ranas situados en las gradas y bajo los niños y delfines, en las diagonales que generan, contando cada uno con su propia taza mural en forma de concha.