Desde 1946, la estatua del gran pintor ocupa un lugar preeminente frente a la fachada septentrional del Museo del Prado, después de sucesivos emplazamientos desde que Alberto Aguilera, Alcalde de Madrid, eligiera para su materialización al escultor Mariano Benlliure en 1902.

El monumento conmemorativo esta compuesto por un basamento, pedestal y la estatua propiamente dicha. Ésta, de bulto redondo, de cuerpo entero y de pie, representa a Goya en su madurez, vestido a la moda de principios del siglo XIX, con gabán largo, pantalón, chaleco, pañuelo al cuello y fuertes botas. La mano izquierda sujeta el sombrero sobre el pecho, mientras que la derecha se apoya en un bastón, lo que le permite adelantar levemente esta pierna. La maestría de Benlliure logra un alto grado de realismo, destacando el rostro sereno y firme, con la mirada segura al frente, transmitiendo brillantemente su legendario genio.

© Fernando Madariaga